Soy del fado, bien lo sé,
vivo un poema cantado
de un fado que me inventé.
Hablando no puedo darme
pero dejo que el alma cante,
y las almas saben escucharme.
Llorad, llorad,
poetas de mi país
troncos de la misma raíz
de una vida que nos unió.
Y, si ustedes no hubieran estado conmigo,
entonces no existiría el fado
ni fadistas como yo.
Esta voz tan dolorida
es por vuestra culpa,
poetas de mi vida.
"Es locura", se oye decir,
más bendita esta locura
de cantar y sufrir.
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